HECHOS!
Por: Santos Salvador Cuevas
Especial para HECHOS!
En la historia de República Dominicana, desde el momento de su fundación el 27 de Febrero de 1844, hasta ahora época moderna del 2012, nunca antes mandatario alguno pudo exhibir un ritmo tan evidente y palpable de inauguraciones de obras que, por más que se sucedan una tras otra en su entrega, se hacen interminables, para disfrute de la ciudadanía; ni siquiera Trujillo, durante su mandato absoluto de 31 años, pudo compararse siquiera. Ni Joaquín Balaguer, durante su más de 21 años al frente de la maquinaria del Estado, pudo darse el lujo de que hoy, para orgullo de todos, nos hace testigo el Dr. Leonel Fernández Reyna.
Nunca antes jamás, gobierno alguno pudo implementar un programa tan ambicioso y de tanto fruto para la nación, como lo que hoy disfrutamos, es la capacidad de recabar recursos, internos y externos, para invertir en abundancia en la gente.
Pero, en donde Su Excelencia Presidente Leonel Fernández es grande, no es en la impresionante cadena de inauguraciones que realiza a diario, en esta incuestionable transformación que se ha hecho en toda la infraestructura que sirve de vertebra al desarrollo nacional, con carreteras y avenidas, escuelas hospitales, túneles y elevados, acueductos y universidades, Tarjetas Solidaridad y de SENASA, presas y plantas eléctricas, Centros de Internet y Becas a Estudiantes, aumento salarial permanente y dignificación del maestro. No es solo en eso, es en mucho más que eso.
La grandeza del presidente Fernandez, para ser justo y no perder la perspectiva ni la esencia de la cosa, debemos valorarla en la estabilidad económica, la estabilidad social y la estabilidad política, como máxima expresión de la paz y el progreso, que durante su mandato nos ha garantizado su gobierno.
Los libios, allá en el Africa ardiente, no pudieron sostener ese fundamento de estabilidad, y su gobierno fue barrido por la ira de un pueblo que, durante el desarrollo de una guerra, barrió con todo. En Túnez, el gobierno no supo mantener la estabilidad que aquí disfrutamos, y fue devorado por la rebelión de las masas. En Egipto, se le hizo imposible sostener la estabilidad que aquí nos garantiza Leonel y su equipo, y, como consecuencia de ello, una rebelión popular, tras ríos de sangre y muerte, se llevó de paro la estructura de poder existente, sin mencionar lo que pasa en todo medio oriente, incluyendo la guerra con que se desangran en Siria hoy día.
Aquí vivimos en paz. Se podría diferir si se quiere y hasta desconocer los hechos, irrespetar la investidura presidencial, pero a los dominicanos se nos garantiza estabilidad económica, estabilidad social y estabilidad política.
Los ingratos no tienen memoria, y por ello se le debe perdonar o ignorar, así como los que se enganchan a político para trepar, su norte es trepar, medrar y maldecir a todo lo que le impidió su objetivo de llegar al poder para saciar sus ambiciones desmedidas. Leonel ha sido una piedra en el zapato de estos espécimen, a lo que les ha impedido, con su buena conducción y prestigio, asaltar la maquinaria del Estado; más, no por ello ha dejado de ser justo y permitir que la gente se exprese y participe del juego o las reglas establecidas en el sistema democrático.
Los dominicanos de hoy no sabremos, como los de mañana, el significado de la gran siempre que hoy nos deja el presidente Fernandez.
La gratitud nos impone el tener que reconocer las bondades que cosechamos de este dominicano humilde y honrado, que no se llevó las arcas del Estado hacia cuentas en Suiza y Gran Caimán, sino que nos las ha devuelto en obras y servicios.
GRACIAS POR EL LEGADO, PRESIDENTE LEONEL FERNANDEZ, Y OÍDO SORDO ANTE LOS INGRATOS! HASTA PRONTO!
santoscuevasj@hotmail.com